8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción. ¿Y... qué celebramos hoy?
Este misterio mariano refiere a la acción de Dios, a la donación de su amor, más allá de nuestra propia comprensión. María Inmaculada expresa la llamada perfecta que Dios nos hace para colaborar por la posibilidad de su Reino en la tierra. Nos llama a colaborar siendo libres, gozando y esperando que el bien, la esperanza, y la VIDA tengan la última palabra.
Las Misioneras Claretianas, parte de la Familia que nos une, tienen como patrona a María en el misterio de su Inmaculada Concepción. Ellas quieren expresar, con su vida, que el Reino de Dios está presente y actúa en el mundo. "Nuestra labor es acogerlo, esperarlo y evitar todo aquello que en cualquiera de sus formas dañe a la Humanidad y a la Historia", así rezan sus Constituciones.
Como les dijo María a los discípulos en las bodas de Caná... "Haced lo que Él os diga". Nos ponemos en sus manos, con la entrega de María, para ser instrumento de BIEN para nuestra gente, nuestro entorno y nuestros encuentros y desencuentros cotidianos.
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